viernes, 13 de diciembre de 2013

Los árboles de Eugenio Montejo

Tengo unos celos atroces de Montejo. Le sobran sol y semillas, tiene el corazón rebosante de agua y tierra fértil. El árbol frondoso que es su poesía es un árbol de fuego más parecido al ave fénix  que a cualquier cosa arraigada en la tierra. Yo en cambio no tengo sino un cactus. Y este cactus a su vez no puede sino ser él y fabricar más bien espinas, del mismo modo que el cerezo no puede evitar ser lo que es y no se le puede decir: no florezcas.

Una que otra vez, una imagen afortunada me visita -un milagro, un oasis por decir lo menos- y me quedo contenta con eso, me es suficiente, al menos por un tiempo. Mis poemas tienen muchos remiendos, les quito, les pongo y nunca me convencen del todo, porque siempre encuentro que les falta cierre, fuerza y sobre todo, ritmo.

Por eso tengo celos de Montejo. Tiene una canción suave que le va maravillosamente a sus pájaros, sus árboles, su destiempo, sus fragmentos, sus memorias. Uno lee imágenes y uno camina con los zapatos de Eugenio, que a veces van con piedras, pero siempre van cantando. Y eso me asombra. Cuento las palabras y busco rimas escondidas. A veces las encuentro y pienso: "Ah, sólo si..." ¿Pero con qué objeto? La imitación sería deshonesta y en todo caso nada de lo suyo aplica a mí: él allá, amo de sus versos y yo aquí, sola con mis celos.

4 comentarios:

  1. Este texto es maravilloso, escritura y naturaleza, la perfección que parece no querer llegar jamás a pesar de los miles de remiendos comparada con la facilidad con la que brota en la naturaleza de diversas porfas, flores y espinas. Un beso :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso era justo lo que quería decir.

      Un beso, Yossi, feliz fin de semana :)

      Eliminar
  2. Pues no conozco tus poemas Taty, pero sí tu prosa y esa sí que tiene ritmo. Y apuesto que a todo poeta le cuesta quitar y poner, solo que el arte radica en que no queden parches, los poemas son rompecabezas que armas y desarmas hasta encontrar la forma adecuado, sabes lo que quieres decir, solo que a veces el trabajo es decirlo de tal o cual manera, eso hace la técnica. Los árboles pierden hojas viejas y hacen brotar nuevas, y ni siquiera podemos notar que han perdido algo.
    Me parece que admiras demasiado a ese gran poeta, puede que el querer igualarlo solo traiga desilusión, a mi me ha pasado. Lo mejor es ser uno mismo.

    Siempre me voy satisfecha de leerte, Taty.

    Saludos y espero que pases unas hermosas navidades, llena de cariño y grandes sueños para el 2014!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Beatriz, es cierto lo de los parches y creo que eso es lo que le pasa a mis poemas: les veo la costura. Tal vez si hiciera un taller de poesía no me costaría tanto. Cuéntame cómo haces tú? A ti te quedan unas cosas memorables.

      Igualar a un poeta o cualquier otro escritor es un ejercicio bien inútil, pero he tenido que hacerlo para darme cuenta! :D

      Me alegra que siempre encuentres algo en lo que escriba, me pone muy contenta :)

      Gracias por unos deseos tan lindos, que se te tripliquen a ti!!!

      Besos.

      Eliminar